joi, 30 iunie 2011

El desierto de los pináculos de Nambung.

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Paisajes lunares

Australia, territorio inhóspito y fascinante que esconde entre sus costas y desiertos algunos de los paisajes más increíbles de nuestro planeta. Estampas lunares como la del desierto de los pináculos, que quitan el hipo a los visitantes que apuestan todos los años por viajar hasta estos lejanos páramos del occidente australiano.

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El “Pinnacles Desert” se encuentra a unos 250 kilómetros de la ciudad de Perth y todavía más cercano al pueblo pesquero de Cervantes, antigua colonia española de la que ya solo mantiene el nombre. Pese a la cercanía a la civilización, este peculiar desierto de monolitos de piedra pasó prácticamente desapercibido hasta finales de 1960, cuando pasó a formar parte del Parque Nacional Nambung.
A lo largo de 26 kilómetros de costa, adentrándonos hacia las vastas dunas de arena del interior, podemos encontrar miles de estos pináculos, formados hace miles de años por el coral de los lechos marinos y erosionados por el paso del tiempo cuando las aguas se retiraron del lugar. Los hay de todo tipo y tamaño, desde los más pequeños que apenas levantan un palmo del suelo hasta los más imponentes, de hasta cuatro metros de altura.
Las mejores horas para visitar el desierto son al amanecer y al atardecer, cuando las alargadas sombras parecen bailar sobre la dorada arena y los pináculos brillan bañados por el anaranjado sol, creando en su conjunto una visión realmente única.
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miercuri, 29 iunie 2011

Lugares increíbles. Preikestolen, el púlpito de piedra.

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El púlpito de los fiordos noruegos

No podía faltar en nuestro archivo de lugares increíbles del planeta un clásico como “El púlpito” o, como les gusta llamarlo a los noruegos “Preikestolen” (nynorsk).

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Y no se puede viajar hasta el fiordo de Lyse, en la región de Rogaland, sin tomarse unas horas para visitar este lugar único y no apto para gente con vértigo. La Roca del púlpito es un saliente en la roca con una plataforma superior de unos 25 metros cuadrados y una altura de 604 metros desde donde, posiblemente, se tengan unas de las vistas más impactantes de los fiordos noruegos de la costa sur.
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Si alguno está pensando en subir en teleférico se puede ir olvidando de la idea ya que para llegar hasta el púlpito hay que subir andando por un sendero que parte desde la cercana ciudad de Stavanger. Dos horas de subida para los más ágiles, probablemente cuatro para gente como yo, que verá como los noruegos nos adelantan brincando como gacelas, hasta llegar a la roca y, una vez allí, ¿Qué podemos hacer?
Pues bien, las opciones son varias:
Si tenemos suerte y estamos solos podremos realizar una simbiosis entre nuestro yo interior y
la belleza de un paisaje tan tremendo en una especie de catarsis interior sin precedentes.
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Si no tenemos tanta suerte y coincidimos con un viaje del inserso, con encontrar un hueco libre donde
sentarnos nos podremos dar por satisfechos.
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Podemos saltar (Recomendado para los que no quieran bajar andando)
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Podemos meternos en una grieta y hacer como que nos hemos quedado atrapados mientras
nuestra suegra nos mira pensando lo tonto que somos.
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Podemos sentarnos con las piernas colgando
Podemos hacer el fotomonaje de nuestra vida
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Podemos convocar a Odín o jugar al corro de la patata
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Podemos demostrar nuestro valor dando saltitos sobre una piedra que vete tu
a saber como quedó allí encajada y lo que durará.
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Y si en realidad queremos ser el centro de atención y lo de la piedra nos parece una simpleza,
pues hala, echamos una cuerda y la cruzamos a pelo.
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Como veis, un lugar bonito y entretenido que bien vale visitar por lo menos una vez en la vida.

marți, 28 iunie 2011

Lago Mono, California.

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Los pilares de cal del Lago Mono

Paseamos hoy por otro de esos lugares únicos que la naturaleza y sus azares han creado a lo largo de miles de años. Se trata del Lago Mono, que toma su nombre del Condado en el que se encuentra, en California.

De este lago bebe gran parte de la ciudad de Los Ángeles, que hace unas décadas por poco acaba con él por extraer más agua de la que naturalmente se repone hasta que a alguien se le ocurrió hacer cuentas con los dedos y vio que algo había que hacer al respecto, de modo que a mediados de los 90 se puso coto y parece que se solucionó el problema, quizás por esa falta de agua se acostumbraron en los barrios bien a beber cava y vino francés. En fin, que no es eso a lo que vamos, así que volvamos de nuevo a este lago y a sus peculiaridades que no son otras que las de estar salpicado de columnas pétreas que emergen de sus aguas y que a primera vista nos podrían recordar más a los ariscos paisajes de las costas y acantilados oceánicos, donde las enfurecidas aguas en su perpetuo vaivén van dando forma a la piedra.
Pero no, aquí las calmadas aguas no son las culpables de estas erosiones tan peculiares. Las rocas de toba son formaciones causadas por la acumulación de carbonatos que emergen del fondo del lago en manantiales borboteantes, y no es que se salgan del agua, si no que el agua bajó hasta dejarlas ver.
Este tipo de formaciones, cuentan nuestros contactos yankies, se pueden encontrar a varios kilómetros de distancia del actual lago y también a varios cientos de metros de altura, lo que indica que antaño el lago tenía unas dimensiones y profundidad realmente impresionantes que comparadas con el tamaño actual, dejan a este como una pequeña charca salada.
Pese a su elevada salinidad, que hace que tan solo puedan vivir en sus aguas unos pequeños cangrejos y algunas algas bien adaptadas, el lago es un santuario para muchas aves migratorias y para los fotógrafos, por lo menos, hasta que dure.

luni, 27 iunie 2011

Las Pozas de Xilitla o Casa del Inglés,México, jardín oculto

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Una casa que tiene alas y en la noche canta

Existe en México un jardín oculto entre la frondosa selva de la Sierra Madre Oriental. Un lugar salido de la surrealista mente de un personaje excéntrico y singular que un buen día, decidió hacer realidad sus delirantes quimeras levantando, entre palmeras, musgos y cataratas, uno de los lugares más insólitos que se pueden encontrar en nuestro planeta.

Para contaros un poco la historia de este lugar, extraigo el texto escrito por Natalia Tubau en su libro , obra de lectura obligatoria para todos aquellos amantes de estos lugares increíbles.
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¿Quién podría imaginar que en su delirio arquitectónico un ciudadano británico acabaría levantando una ciudad misteriosa en medio de la selva mexicana?
El complejo construido por Edward James (1907-1984) parece un vestigio de una antigua civilización, pero no lo es. Las Pozas de Xilitla o Casa del Inglés, debe su nombre a las pozas o piscinas naturales del terreno, son el resultado del capricho surrealista de un aristócrata con casi tanta fantasía como dinero.
El complejo parece nacido de la materialización de los antiguos grabados de Piranesi, previamente pasados por los cuadros de Escher, la arquitectura precolombina y una pizca de orientalismo. Una especie de jardín fantasmagórico y deshabitado que emerge en el exuberante entorno de la selva de San Luis de Potosí. Está formado por extrañas construcciones que recuerdan a ruinas misteriosas e intrincadas, como si fueran los restos de una enigmática civilización perdida.
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Pasillo de las Siete Serpientes?, que simbolizan los siete pecados capitales que el hombre debe vencer.
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James, mecenas artístico (Dalí, Picasso, Man Ray, Leonora Carrington, Magritte y Stravinsky estaban entre los artistas a los que financió durante años) y probable nieto bastardo de Eduardo VII, descubrió el paraje y concibió el proyecto durante unas vacaciones en la selva mexicana. El paso siguiente fue adquirir 30 hectáreas de terreno, un antiguo cafetal, y dedicar más de dos décadas a hacer realidad su alucinado sueño. Según sus propias palabras: “Construí el santuario para que fuera habitado por mis ideas y mis quimeras”.
Levantó columnas que no sostienen nada, escaleras que no conducen a ninguna parte, puertas que se cierran o abren al aire, y tallas de piedra de formas caprichosas. Además, pobló su estrambótico paraíso selvático con animales salvajes en libertad. Solía pasear desnudo por sus posesiones, acompañado de una cohorte de criaturas domésticas. Tras su muerte, la selva ha iniciado la reconquista del terreno; el musgo y las lianas contribuyen también, a su anárquica e imprevisible manera.
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Para dar forma a toda aquella fantasía, James contó con la ayuda de tres personas. La primera fue Plutarco Gastelum, un indio que con el tiempo se convirtió en su amigo, ayudante y administrador, y que siempre se encargó de las cuestiones prácticas. Gastelum reclutó a un artesano local, el tallador José Aguilar, que realizó los moldes de madera a partir de los bocetos del propio James, que se utilizaron para el vaciado en cemento de las estructuras. Esta última fase de la tarea y su colocación fueron supervisadas por un arquitecto, Carmelo Muñoz Camacho. De forma ocasional, algunos albañiles nativos fueron contratados para colaborar en el levantamiento de las estructuras.
También hizo falta mucho dinero tanto para adquirir los materiales como para hacerlos llegar hasta el lugar; según algunos cálculos, invirtió en el proyecto entre 5 y 7 millones de dólares.
La estructura más espectacular es la llamada Casa de los Peristilos, concebida por James con la idea de convertirse en su vivienda. Tiene 9 metros de altura y nunca llegó a verla terminada. Reformada, ahora es la residencia del nuevo propietario, el arquitecto Christopher H. L. Owen, y junto con dos de las estructuras secundarias, y que se consideran las obras cumbre de James, la Casa de las Plantas y el llamado Homenaje a Marx Ernst, forma parte de la zona privada, vedada al público.
Sir Edward James definió su obra como “una casa que tiene alas y en la noche canta“. Creo que no se puede definir mejor el lugar que como él lo hizo.
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Las manos del gigante, cuya finalidad es proporcionar paz al viajero que emprende este recorrido con el corazón puro y las manos limpias de pecado.
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“Templo de las Dos Columnas”, sus plintos son dos zapatos de astronauta y los rodea el esqueleto de una escalera helicoidal dividida en tres tramos, que son la alegoría de las edades del hombre: la niñez, la juventud y la edad adulta.
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