duminică, 27 mai 2012

Isla de Malta La Joya del Mediterráneo



La bonita isla de Malta esta situada en el centro del Mar Mediterráneo, 93 Kilómetros al sur de la isla de Sicilia (Italia); es un lugar ideal por estudiar Inglés para el que le guste el sol, la natación y conocer gente. Malta tiene una historia rica y fascinante. La isla fue colonia británica en 1814 y ganó su independencia en 1964.
La cultura mediterránea es dominante en Malta pero 150 años de gobierno británico han tenido un efecto duradero en el país y su idioma.
El inglés es uno de los dos idiomas oficiales de Malta, el Maltés conduce por la izquierda a diferencia de los ingleses, pero disfruta con el típico desayuno inglés. Los principales periódicos diarios se publican en inglés.
Durante los meses de verano, estudiantes de todo el mundo viajan a Malta para estudiar inglés y disfrutar de su gran atmósfera. Malta tiene algo para todos: El clima mediterráneo, el mar cristalino, estupendos cafés y tiendas, vida nocturna con fiestas y discotecas organizadas sobre todo para los estudiantes internacionales.
Las conexiones de Malta con Europa se han hecho aún más importantes desde que el 1 de Mayo del 2004 pasó a ser miembro de la Unión Europea.


Malta por su lugar estratégico en medio del Mediterráneo ha sido invadida y gopernada por multiples potencias, fenicios ( 1000 AC,antes de cristo ), griegos (736 AC), Roma ( 218 AC).

En el 60, las islas fueron visitadas por San Pablo, que se dice que naufragó en las costas en lo que es la Bahía de San Pablo. En el 870 DC fueron conquistadas por los árabes, cuya influencia puede ser encontrada en la moderna lengua maltesa, una lengua fuertemente romanizada que originalmente deriva del árabe vernáculo. En 1090, los árabes fueron finalmente sustituidos por los normandos de Sicilia, con lo que Malta volvió a ser cristiana.

En el 1530, el Rey Carlos I de España donó estas islas a los Caballeros Hospitalarios, en aquel momento conocidos como la Orden de San Juan de Jerusalén y Rodas, ya que Solimán el Magnífico los acababa de expulsar de sus fortificaciones en Rodas. Los Caballeros Hospitalarios, mejor conocidos como la Orden de Malta, mediante intervención del Papa Clemente VII, no sólo obtuvieron Malta, sino que también recibieron Trípoli, todo esto bajo la condición de permanecer neutrales en conflictos entre naciones cristianas. En 1565, 40.000 soldados otomanos de Solimán el Magnífico sitiaron Malta con el objetivo de anexionarla al Imperio Otomano (Turcos) Como en aquella época, los musulmanes dominaban el norte de África, la caída de Malta hubiera entregado protección a los barcos mercantes otomanos que navegase a lo largo de todo el Mediterráneo. No fue posible y los caballeros malteses lograron la victoria,Luego de la derrota turca.

Para proteger la isla de futuros desembarcos turcos, se construyó una ciudad fortificada en la bautizada en la península del monte Sceberras, bautizada La Valeta, en honor del Gran Maestre Jean Parisot de la Valette. El dominio de los Caballeros Hospitalarios terminó cuando Napoleón conquistó las islas en 1798 . La ocupación francesa fue impopular, sin embargo, debido a su negativa actitud hacia la religión. Los malteses se rebelaron contra ellos, y los franceses fueron forzados detrás de las fortificaciones. Gran Bretaña, en conjunto con el Reino de las Dos Sicilias, envió municiones y ayuda. Los británicos también enviaron su flota, que instigaba un bloqueo a las islas. Las aisladas fuerzas francesas, bajo el general Claude-Henri Belgrande de Vaubois se rindieron en 1800, y los británicos tomaron el control de las islas, convirtiéndose en un protectorado y fue presentado por varios líderes malteses a Sir Alexander Ball.

En 1814, como parte del Tratado de París, Malta pasó a ser oficialmente parte del Imperio Británico. Debido a su proximidad con el Canal de Suez pasó a ser usada como puerto de escala hacia la India y fue cuartel general de la flota hasta mediados de la década de 1930. La independencia de Malta fue concedida el 21 de septiembre de 1964. los servicios británicos permanecieron en el país y mantuvieron un control total sobre los puertos, aeropuertos, correos, radio y televisión hasta el 31 de marzo de 1979, cuando las últimas tropas británicas abandonaron la isla después de que el gobierno británico se rehúsara a pagar la tasa que pretendía el gobierno maltés del momento (laborista) para permitir que las fuerzas británicas permanecieran en el país

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