ESTATUA DE JUPlTER OLÍMPICO |
Desde el año 668 antes de Jesucristo hasta el año 393 de la era cristiana tenían lugar, cada cuatro años, juegos que constituían la más importante de las fiestas nacionales griegas. Toda Grecia se reunía en Élide, comarca de la Grecia Antigua. El nombre de Olimpia no designaba una ciudad, sino más bien una reunión de templos y de monumentos públicos, erigidos con motivo de esos juegos. Entre esos templos, el más hermoso era el de la Júpiter. en cuya nave se elevaba la estatua de¡ dios, obras de Fidias. Los vencedores, entre los aplausos del pueblo, eran coronados en el templo, a los pies de dicha estatua, cuyos 20 metros de altura se alzaban imponentes, mostrando a Júpiter sentado en el trono, con la imagen de la Victoria, toda de oro macizo, en la mano derecha. Sahumerios especiales habían conferido a la estatua de marfil el color de la piel humana. Las vestimentas que le ceñían la cintura y llegaban hasta los pies, eran también de oro puro.
Cuéntase que, al terminar su obra, Fidias se arrojó a los pies de la estatua suplicando a Júpiter le concediera una señal de aprobación. De repente, en el cielo sereno, se desató un rayo que llenó el templo con su resplandor enceguecedor y fue a caer a los pies del artista. Era la respuesta del dios.
Cuéntase que, al terminar su obra, Fidias se arrojó a los pies de la estatua suplicando a Júpiter le concediera una señal de aprobación. De repente, en el cielo sereno, se desató un rayo que llenó el templo con su resplandor enceguecedor y fue a caer a los pies del artista. Era la respuesta del dios.
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